lunes, 19 de septiembre de 2011

¿Cómo te llamas?

Marcos 5:1-20

Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.

Le doy gracias a Dios por esta conferencia que nos permite en estos días, a través de los mensajes he aprendido, como el hombre es la obra maestra de Dios hecho a su imagen y semejanza y como a través del pecado el hombre perdió esa imagen perfecta y fue alejado de la presencia de Dios, también aprendí sobre la necesidad y la necesidad de arrepentirse y creer en el evangelio; a través de Jesús podemos ser salvos y solo a través de su sangre somos redimidos y somos llamados sus hijos.

En esta palabra de Marcos 5 aprendí la gravedad del pecado, como él se apodera del interior de los hombres, el pecado alejó al hombre de toda la sociedad, ahora él fue separado incluso de su familia y de los hombres. El pecado en su interior lo separó de Dios.

Por la gracia de Dios, Él me permitió conocerle en la universidad, la palabra llegó a mi corazón y esta me enseñó sobre el verdadero amor y sobre la misericordia de Dios. Al no conocer y amar a Dios con todo mi corazón, fui presa de muchos pecados; no sé cuántos pero si sé que también era una lista grande. El pecado en mi interior me conducía, por un camino lejos de Dios. También como el hombre gadareno, vivía entre los muertos y en las tinieblas, en nuestro tiempo esto era vivir entre la oscuridad de los bares y en las tiemblas de mi propia idea.

La falta de amor en mi interior y el fatalismo me habían hecho una persona alejada de todos los demás, me refugiaba en los estudios y siempre buscaba el reconocimiento de los hombres, de los maestros y de mis compañeros de la escuela, sentía que en mi casa no me querían y que mis padres solo se fijaban en mis otros hermanos y trataba de buscar amor y reconocimiento fuera de mi casa. Este sentimiento fatalista me castigaba y me hacía sentir menor que mis hermanos, esto provocó mucho resentimiento en mi interior y me hizo vivir una vida con egoísmo y envida. A causa de ese fatalismo, en la adolescencia trate de quitarme al vida en dos ocasiones, el vacío en mi corazón me hacía creer que no había razón alguna para vivir.

Cuando entre en la universidad, quería vivir una vida más libre, como la de mis amigos, a ellos no les importaba mucho la escuela, estaban alejados de sus familias, y pasaban más tiempo borrachos que en la escuela, sin embargo ellos se veían felices y yo quería ser como ellos. Cuando trate de buscar esa supuesta libertad, solo encontré libertinaje, viví según mi deseo y mi propia idea. Esto me llevó a caer en pecado vergonzoso; primero la pornografía y el deseo carnal se apoderaba de mí, incluso ni me dejaba dormir, podía pasar horas e incluso días sin dormir nada, solo por estar navegando en internet por sitios pornográficos, después de la pornografía, el deseo de la carne me hizo tratar de buscar vivir en carne propia todas esas imágenes que habían entrado a mi mente.

El deseo de la carne me hizo llevar relaciones sin compromisos con varias compañeras en la universidad, yo pensaba que era la forma mejor de experimentar eso que las otras personas le llamaban amor, así mi cuerpo tenia lo que necesitaba y yo no tenía que dar nada a cambio.

Este pecado poco se fue apoderando de mi hasta que tomó el control completamente, cuando perdí toda mi voluntad delante de este pecado y me estaba alejando en cada momento más al José de Jesús que todos conocían, supe que era momento de regresar y ser de la manera en que yo era. Pero parece ser que cuando quise regresar con mis propias fuerzas, ya era demasiado tarde, y ya no lo pude hacer, el pecado en mi interior era el que ordenaba que era lo que yo tenía que hacer. En ese momento supe que tal vez Dios era el único que me podría ayudar. Yo ya había escuchado hablar de Dios y de Jesús pero nunca lo había experimentado personalmente. Ore a Dios que si él estaba ahí presente y que si le importara mi vida me permitiera una vida alejada de eso que yo sentía, y que me sacara del agujero del cual yo había caído.

A mí me sorprende como Dios responde las oraciones que se hacen con todo el corazón, Dios respondió esta oración que yo se la hacía sinceramente desde mi corazón. Dios me permitió conocer el estudio de la biblia, el me llevo la palabra de Dios hasta la universidad y me permitió escuchar de su poder. Yo creí en esa palabra que me predicaban y decidí aferrarme a ella. Esta palabra y solo el poder de Dios me permitieron alejarme de esa práctica que solo me llevaba cada día más profundamente al pecado.

Aun en este tiempo Dios sigue enseñándome muchas cosas, Dios me ha ayudado a creer en él, ha liberado del pecado mi interior y ayudo a mi familia estar unidos, ellos también conocieron del amor de Dios y reconocieron a Cristo Jesús como su salvador.

Dios es el señor que nos ama. A través de Jesús Dios nos dio la muestra más grande de amor a los hombres. Jesús no escatimo para salvarnos, tanto que entrego su preciosa vida en la cruz derramando toda su sangre.

Oro para que hoy y cada día de mi vida, pueda estar cerca de Dios y pueda escuchar atentamente su palabra, la cual tiene el poder de sanar mi interior y de llevarme directo al padre.

PADRE PERDONALOS

Palabra Lucas 23:26-56
“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”


Le doy gracias a Dios que nos da su palabra poderosa. En esta conferencia he aprendido del pecado y como Jesús perdona a los pecadores. En esta palabra aprendí como fue que Jesús pago el pecado de todos y cada uno de los hombres en la cruz.
A lo largo de su vida de predicación, los fariseos y los escribas le criticaban porque el perdonaba los pecados. Verdaderamente Jesús tenía esa potestad de perdonar a los pecados porque el cargaría todos y cada uno de esos pecados en la cruz.
Después de que Jesús fue capturado, él fue llevado delante del concilio, él fue azotado, fue maltratado y escarnecido, más que los peores malhechores. El cuerpo de Jesús estaría todo cubierto de sangre, estaría débil y muy cansado; aun así tenía que cargar su cruz sobre su espalda totalmente dañada. Aunque Jesús es Dios echo carne, el cuerpo de Jesús es un cuerpo limitado de hombre. Su cuerpo estaba agotado y fue necesario que obligaran a ayudarlo a cargar su cruz.
En la cruz Jesús fue puesto con los malhechores que merecían ese tipo de muerte, hemos aprendido en el estudio que la cruz es de los peores castigos que los hombres pueden tener, el castigo de la cruz ha sido diseñado no para matar a los hombres, sino para hacerlos sufrir lo más posible, los hombres no mueren por la cruz, mueren al desangrarse y mueren por el dolor que provoca la cruz.
Con todo esto me doy cuenta de la gravedad del pecado. Cuando ignoramos de la grandeza de Dios y cuando aún no conocemos la palabra llena de amor de nuestro Señor; El pecado nos parece algo no tan grave, yo había llegado a pensar que podría hacer cualquier cosa con mi vida, siempre y cuando no dañara a nadie, ni ofendiera a los demás. Yo no me daba cuenta de lo grave que es el pecado.
Cuando Jesús estaba en la cruz, en el fueron depositados todos los pecados de los hombres, desde los pecados de Adán y Eva, hasta los pecados que he cometido el día de hoy y los que cometeré mañana. Cuando a Jesús lo golpearon, lo azotaron, lo escupieron, y lo clavaron en la cruz, él nuca se quejó ni reclamó a los soldados, al contrario el pido por su vida diciendo “perdónalos porque no saben lo que hacen”. El dolor más grande para Jesús fue cuando Dios, se alejó de su presencia. Cuando Jesús pronuncia las palabras “padre por que me has abandonado?” Jesús mostró su más grande dolor en la cruz esto era estar lejos de Dios.
El pecado no solo endureció mi corazón y me hizo tener queja, sino que el pecado quebró mi corazón y me hizo estar lejos de Dios. El dolor más grande para nuestra alma es estar alejada de Dios. El pecado de fornicación, me hizo olvidar mi imagen de hijo de Dios, ahora mi imagen estaba manchada y cambiada a causa del pecado. Ahora mi vida era como la vida de los animales, buscando la satisfacción de la carne. Mi voluntad había sido cambiada y ahora solo seguía la voluntad de mi propio pecado.
Siempre había conocido la imagen de Jesús en la cruz, recuerdo cuando era niño y mi Mamá me llevaba al templo y yo veía a Jesús en la cruz y no entendía por qué Jesús estaba clavado y sufriendo. Solo a través de la palabra entendí que Jesús en la cruz es la muestra más grande de amor, de Dios para con los hombres. Cuando mi pastor me explico sobre la palabra de la cruz y me dijo que Jesús estaba en la cruz a causa de mi pecado. Me sentí indigno, no era posible que Jesús se había preocupado tanto por mí, hasta dar su vida por la mía. Esa fue la primera vez que me sentí amado, ni siquiera en mi familia había sentido tanto amor.
Recuerdo que cuando escribí el sogam, de la palabra de crucifixión fue donde confesé mi pecado a Dios, quite mi máscara de la oveja perfecta y me mostré como era. Sentí inmediatamente el amor de Dios quien me recibía, quien me decía que me amaba. Recuerdo que no pude evitar llorar como un niñito, al entender que Dios me perdonaba mis pecados y me amaba como nadie más lo había hecho.
Siempre agradezco a Dios, que en cada conferencia nos permita recordar sobre el precioso amor de Jesús en la cruz, Dios me da la oportunidad de estudiar y de escuchar el mensaje nuevamente de la crucifixión, y de volver a encontrarme con mi Señor Jesús el salvador. Oro para siempre tener presente esta palabra, para que quede gravada en mi corazón y cada día a cada hora, recordar que Jesús lo entregó todo para limpiarme de mi sucio pecado.
Oro para que esta palabra no solo sea una palabra más que Dios me permite escuchar, sino que sea una palabra de Dios que esté presente en cada momento de mi vida, ayudándome a recordar, la gravedad del pecado, y que el pecado se paga con muerte, y al mismo tiempo, la gracia recibida por Jesús, quien ya pago el precio de ese pecado.
Gracias padre por Jesús quien lo entregó todo a causa de mí, en la cruz.
Una palabra: Padre a través de Jesús, me perdonaste.

martes, 13 de septiembre de 2011

Lo que había pasado con el hombre

Génesis 3 [9]

Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?


Dios creó el mundo, hermoso y perfecto. El hizo al hombre para que fuera feliz, proporcionándole todo lo necesario para que alcance esa felicidad. Sin embargo; el mundo en el que vivimos, no parece ser bueno, hermoso y perfecto. Nuestro mundo está lleno de tristeza, tragedia y violencia. ¿Cómo fue que el mundo hermoso y perfecto de Dios; llegó a convertirse en el que conocemos ahora? La palabra de hoy, habla sobre la caída de Adán y Eva, la tentación de Satanás, y el pecado de desobediencia del hombre. El pecado del hombre ha cambiado el mundo hermoso y perfecto, en un mundo lleno de violencia y tristeza; que gime esperando su redención. Oro para que a través de esta palabra podamos oír la voz misericordiosa y llena de amor de Dios que busca a los hombres pecadores.

1.- La desobediencia del hombre (Versículos 1-6)

Miren el versículo 1. La serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Dios había creado. Ser astuto significa ser sabio e inteligente. ¿Quién era esta serpiente sabia e inteligente? Apocalipsis 12:9a dice “Y Fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” Satanás fue personificado en la forma de una serpiente, su propósito era engañar al hombre. Satanás era un ángel hermoso y poderoso, que olvidó su posición delante de Dios rebelándose contra el Señor; como consecuencia, fue expulsado del cielo. El orgullo destruye aun a los ángeles de Dios. Juan 8:44 nos dice que Satanás es el padre de Mentira y homicida desde el principio.

Esta serpiente, se acercó a la mujer y le dijo “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Versículo 1 b); El propósito de Satanás en estas palabras era evidente; quería sembrar una duda en el corazón de la mujer. Cuando Satanás pregunta a la mujer, usando las palabras “¿Conque Dios os ha dicho...” El verdadero significado de estas palabras es: “¿Si es cierto que Dios dijo…? O ¿Es verdad que Dios dijo…?”. Cuando nosotros tenemos y conocemos una respuesta; además tenemos la convicción en esta respuesta, si alguien muy seriamente nos pregunta “¿Estás seguro?”; en ese momento comenzamos a dudar un poco de nuestra respuesta. El propósito de Satanás al preguntarle a la mujer “¿Conque Dios os ha dicho…” Era sembrar esa duda en la mente y el corazón de la mujer.

Las palabras de Satanás contradecían totalmente a la orden que Dios había dicho en el huerto de Edén. Según Satanás Dios había prohibido comer de todo el árbol del huerto, lo cual era falso. En Génesis 2:17 Dios prohibió comer solo del árbol de la ciencia del bien y del mal. Sin embargo Satanás quería sembrar la queja en el corazón de la mujer, mostrándole un Dios que prohíbe y que no la dejaba ser libre.

¿Qué le respondió la mujer a la serpiente astuta? Miren los versículos 2 y 3 “Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.” La mujer conocía la orden que Dios les había dado, pero después de la plática con la serpiente esta orden de Dios, le parecía un tanto confusa. Dios había dicho “del árbol de la ciencia del bien y del mal” pero la mujer dijo “del árbol que está en medio”; además Dios había advertido: “el día que de él comieres, ciertamente morirás” ella solo dijo: “no comeréis de él ni le tocareis, para que no muráis” la palabra de la mujer no era clara como la de Dios. Ahora la mujer tenía la duda de que tal vez no moriría si desobedecía a Dios. Dios había dado la libertad al hombre de comer de todos los frutos de los árboles, excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal; sin embargo, la mujer solo hizo énfasis en que Dios prohibió comer del árbol del medio, en lugar de celebrar toda la libertad que Dios le había dado. En el corazón de la mujer, Satanás había sembrado ya una queja que estaba creciendo y fortaleciéndose.

La mujer cambio la palabra clara de Dios, en una palabra confusa, la duda en el corazón de la mujer le había hecho olvidar la gracia y la libertad que Dios le había dado y comenzó a perder el temor santo a Dios y a menospreciar el juicio absoluto de Dios. Cuando la mujer llena de dudas cambio la palabra de Dios diciendo “para que no muráis” Satanás rápidamente le dice “No moriréis” Satanás mintió con convicción a la mujer, para que ella creyera en su palabra.

¿Cuál era el propósito de Satanás al hacer creer a la mujer en su palabra? Pareciera que la mujer solo había olvidado unas cuantas palabras de Dios siendo esto algo pequeño e insignificante; Romanos 6:16 dice: ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? , Al desobedecer a Dios y obedecer a Satanás, la humanidad pasaría a estar bajo la autoridad de Satanás. Los hombres serían enviados del reino de Dios al reino de Satanás. Ese era el plan astuto que Satanás comenzó en el corazón de la mujer.

La mujer había comenzado a olvidar la palabra de Dios y estaba creyendo en la palabra de Satanás, el siguiente paso de Satanás era convencer a la mujer que necesitaba urgentemente comer de ese fruto. Miren el versículo 5 “sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Ahora sembró en su corazón la curiosidad y el orgullo, diciéndole que cuando ella coma de ese fruto sus ojos serán abiertos y será igual a Dios. También le sembró duda y rencor haciéndole creer que Dios no le permitió comer de ese árbol, no porque Dios le amaba, sino porque Dios les envidiaba y no quería que fueran como Él. El resultado en el corazón de la mujer fue queja y la duda en el amor tan grande de Dios. Satanás tentó a la mujer con una palabra muy dulce y agradable, convenciéndole que necesitaba comer de ese árbol que Dios había prohibido.

¿Cómo había cambiado el corazón de la mujer después de esta platica con la serpiente? Miren el versículo 6 “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” Cuando la mujer vio el árbol con ojos de incredulidad, con corazón lleno de duda y queja; surgieron muchas codicias. El propósito por el cual Dios había puesto ese árbol de la ciencia del bien y del mal, era para que Adán y Eva, al ver el árbol recordaran a Dios, recordaran la gracia de Dios; quien había hecho el Edén para ellos, y glorificaran el nombre de Dios. Al ver el árbol de la ciencia del bien y del mal, recordarían la palabra de mandamiento, y pudieran obedecer a Dios voluntariamente; de esa manera pudieran tener una comunión personal con Dios. Al obedecer a Dios y su orden espiritual, ellos podían gozar el gran amor de Dios a través de ese huerto de Edén. Pero cuando la mujer fue tentada por Satanás olvido el verdadero significado del árbol que Dios había plantado; ahora el árbol solo le parecía agradable a la vista. Las codicias en su corazón le hicieron tomar y comer del fruto, y le dio a comer a su esposo también; desobedeciendo así a Dios completamente.

Satanás es el padre de mentira, de carácter astuto, y su principal propósito es alejar a los hombres de Dios. En el huerto de Edén, Adán y Eva cuidaban y convivían con cada uno de los animales creados por Dios, aun con la serpiente ellos tenían una relación amigable. Satanás utiliza a la serpiente como objeto para hacer caer a la mujer. En este tiempo Satanás también tienta a los cristianos, a través de las cosas que son muy atractivas para nosotros, también lo hace por medio de las personas que están cercanas a nosotros y de las personas que amamos con todo nuestro corazón. Satanás puede llegar a utilizar a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros profesores o nuestro trabajo para hacernos caer astutamente en sus tentaciones. Una de las principales luchas que llegamos a tener cuando iniciamos nuestra vida de fe, es nuestra familia o amigos que critican nuestra decisión de seguir a Cristo. Después llegan a sembrar duda en nuestro corazón y nos hacen pensar que gastamos mucho de nuestro tiempo para servir a Dios, y que pasamos demasiado tiempo en todas las reuniones de UBF. Si llegamos a caer en dudas y tentaciones, todas las palabras de bendición que aprendemos de la Biblia aquellas que en un principio fueron dulces como la miel, llegan a parecernos pesadas y difíciles de realizar. Llegamos a pesar que tendríamos mucho descanso y que pasaríamos un tiempo muy bueno con nuestra familia, si faltáramos solo un culto de domingo. Llegamos a pensar que si no estudiáramos la biblia tendría mucho tiempo de estudiar y hacer todas mis tareas y obtener solo 100 en todas mis calificaciones. Llegamos a pesar que si dejáramos de ofrendar y de pagar los registros de las conferencias podríamos ahorrar muchísimo dinero y hacerme millonario en muy poco tiempo. Sin embargo esos son los pensamientos que Satanás está sembrando en nuestro corazón. Jesús dijo que Satanás era mentiroso, homicida y el padre de mentira y no hay verdad en él. Aunque Satanás tienta con palabras muy lógicas y muy dulces no debemos de escuchar su argumento astuto. La forma de vencer a Satanás es vestirnos de la armadura de Dios.

2.- ¿Dónde estás tú? (7-9)

Miren el versículo 7.- Ellos conocieron que estaban desnudos, entonces con hojas de higuera se hicieron delantales. Satanás había tentado a Eva sembrándole en su interior el deseo de querer ser como Dios. El hombre al desobedecer a Dios y obedecer a Satanás, su interior fue apoderado del pecado. Satanás les había dicho que al comer del árbol prohibido sus ojos serian abiertos, y fue así. Pero sus ojos carnales fueron abiertos; ellos conocieron que estaban desnudos, y fueron apoderados por la vergüenza que les causaba su desnudez.

Al crear Dios el Edén y crear al hombre y depositarlo en el Edén. El hombre estaba desnudo y nunca había sentido vergüenza. Adán y Eva desde el principio habían permanecido desnudos y ellos no se avergonzaban. El pecado manchó su interior y les hizo ver su cuerpo como un instrumento, para los placeres carnales; por eso ellos sintieron vergüenza. Sus ojos carnales había sido abiertos y sus ojos espirituales habían sido cegados. Cuando el pecado mancha nuestro interior nuestros ojos carnales son abiertos, llegamos a ser débiles y dejamos de luchar contra Satanás. Dios no quiere que el hombre experimente la maldad. Cuando Dios prohibió en el Edén el árbol de la ciencia del bien y del mal, Dios estaba prohibiendo realmente la maldad. La palabra de Dios es clara y esta palabra no tiene lugar a dudas. Si Dios dice: “no mataras” lo que nosotros debemos de hacer es “no matar”. Si nosotros escuchamos la voz de Dios, nuestros ojos espirituales son abiertos y nuestro espíritu se fortalece con la armadura de Dios. De esta manera podemos luchar con fuerza delante de la tentación y del pecado.

Miren el versículo 8, Se escuchó la voz de Jehová Dios, que se paseaba por el huerto, al aire del día. Al escucharlo, Adán y Eva se escondieron de la presencia de Jehová entre los árboles del huerto. Cuando la relación del hombre con Dios era perfecta y el hombre escuchaba solo la voz de Jehová, salía corriendo a buscar a su creador, le adoraba y le alababa. Ahora la relación del hombre con Dios había sido quebrantada por la presencia del pecado en su interior. Cuando el hombre se escondió de la presencia de Dios, quiere decir que Dios ya no es su principal objeto de adoración. Ahora, representaba miedo y temor. Antes, cuando escuchaban y obedecían a Dios, estarían contentos y saldrían al encuentro con Dios, y le adorarían. Pero ahora, ellos estaban sufriendo y con temor, sabían que habían desobedecido a Dios y sentían culpa.

Lejos de Dios el hombre pierde el verdadero significado de su vida. Originalmente el hombre es el objeto de verdadero gozo para Dios. El hombre fue creado para servir a Dios, escuchar su palabra y obedecer su voluntad. Al pecar el hombre, olvida poco a poco ese significado de su vida y el verdadero propósito, el hombre se aleja de Dios y vive en las tinieblas.

Entonces, ¿Cómo ayudó Dios al hombre? Miren el versículo 9 y vamos a leerlo juntos, “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?” El hombre se escondía de la presencia de Dios, tenía miedo y temor a Dios. Pero Dios le buscó y le dijo: “¿Dónde estás tú?” Siendo Dios omnipresente y todopoderoso, obviamente que Dios sabía el lugar exacto donde estaban escondidos Adán y Eva. Entonces ¿Por qué Dios diría esta pregunta? Esta pregunta fue para que Adán y Eva entendieran por qué se estaban escondiéndose, recapacitaran y se acercaran nuevamente a Dios, con un corazón quebrantado y arrepentido. En ese momento Dios mostró a Adán y a Eva su corazón del buen pastor, ese pastor que busca a su oveja perdida. Dios no estaba enojado con Adán y a Eva, Dios les amaba incansablemente; la actitud de Dios hacia los hombres nunca había cambiado; aun a pesar del pecado del hombre. Adán y Eva fueron los que cambiaron su actitud, antes el hombre amaba estar en la presencia de Dios; ahora ellos se escondían entre los árboles, tenían miedo de Dios, sentían vergüenza, tenían incredulidad, orgullo, duda, queja y murmuración; todos estos sentimientos estaban presentes en el corazón del hombre.

Dios es el Señor de misericordia; no hay mejor regalo para Dios que un hombre se arrepienta de su pecado y crea nuevamente en Dios. Ese es el corazón de pastor que va y busca a su oveja perdida, es el corazón del pastor que da su vida por las ovejas, es el corazón de Jesús que recibe a los pecadores y quien pagó el duro precio del pecado en la cruz, derramando toda su sangre, para el perdón de los pecados. Dios ama a los hombres, incluso si ellos pecaron, el amor de Dios nunca cambia. Las palabras de Dios “¿Dónde estás tú?” Es el llamado de Dios al arrepentimiento. Es cierto que Dios aborrece el pecado, pero Dios ama al pecador. Nosotros también podemos caer en pecado como Adán y Eva; en ese momento tenemos que escuchar la palabra de Nuestro Señor que nos dice “¿Dónde estás tú?” y por fe, tenemos que acercarnos a Dios, con nuestro corazón quebrantado. Dios estará con los brazos abiertos esperándonos para abrazarnos y amarnos, como siempre lo ha hecho.

3.- El amor redentor (10-24)

Después de escuchar las palabras de Dios, ¿Qué respondió Adán? Miren el versículo 10. “Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” Dios quería ver a Adán acercándose con corazón arrepentido; sin embargo Adán no pudo arrepentirse a causa de su vergüenza. Conociendo su corazón Dios le mostró con amor su pecado, miren el versículo 11, Y Dios le dijo: “¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” La razón por la cual Adán estaba escondido, no era a causa de su desnudez, sino a causa de su desobediencia. Adán desobedeció a Dios y comió el fruto del árbol prohibido, despreciando así la autoridad de Dios. Dios le mostró claramente a Adán su problema. ¿Qué fue lo que Adán respondió? Miren el versículo 12, “Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” Lo que Dios estaba esperando, era que Adán reconociera su falta, se acercara con corazón arrepentido y pidiera el perdón a Dios por su falta; sin embargo, Adán no reconoció su pecado delante de Dios, en cambio Adán culpó a Dios diciendo: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol” La relación de Adán con Dios había sido completamente rota a causa del pecado. En el versículo 13 podemos ver que Dios busco el arrepentimiento en el corazón de Eva, sin embargo ella solo justifico su falta, culpando a la serpiente. Esta actitud de los hombres entristeció el corazón de Dios. Con mucho dolor Dios castigo a causa del pecado a los hombres. En los versículos del 14 al 24 Dios maldice a la serpiente y castiga a Adán y Eva. Pero aunque Dios castigo a los hombres a causa de su pecado, veamos como Dios inmediatamente manifiesta su amor redentor hacia los hombres pecadores.

Primero, Dios prometió la semilla de la redención. Miren el versículo 14 “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.” En el principio la serpiente fue creada, como el animal inteligente de todos, por eso tenía cercanía con el hombre y compartía tiempo con ellos. Pero desde que la serpiente fue utilizada por Satanás, cayó y se hizo el ser más miserable, debería entonces arrastrarse sobre su pecho sobre el polvo de la tierra toda su vida. Miren el versículo 15 y vamos a leerlo juntos: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Estas palabras parecen un fuerte juicio que Dios le estaba dando a la serpiente, sin embargo no solo tenían ese propósito; sino que hay un propósito más grande en estas palabras de Dios. Dios prometía la semilla de la salvación, al decir las palabras “las simiente suya” Dios se refería a la descendencia de la mujer, en ese momento Dios prometía que enviaría a Cristo, quien quebrantara la cabeza de Satanás; aunque Cristo quebraría la cabeza de Satanás, El hijo de Dios también saldría herido de su calcañar; es decir, Jesús vencería a la muerte con poder y gran gloria, sin embargo para poder lograrlo él tendría que sufrir mucho a causa de nuestro pecado. Este versículo es el primero que habla sobre la profecía y la promesa del nacimiento de Jesús nuestro salvador. Dios cumplió su promesa e hizo nacer a Jesús por medio de María, depositando en el todos los pecados, incluidos el de Adán y Eva, le hizo morir en la cruz derramando toda su sangre y le resucitó, quebrantando así el poder de Satanás con poder y gran gloria, brindando la salvación a todos los hombre que están bajo el poder del pecado y de la muerte.

Segundo, Dios vistió al hombre. La desobediencia de Adán y Eva habían tenido consecuencias, Dios es justo, y aunque ama al hombre incansablemente, Dios tiene que hacer cumplir su palabra, y su desobediencia había traído consecuencias graves para Adán y Eva. Miren el versículo 16. El momento más feliz para la vida de una mujer es tener un bebe. Sin embargo la consecuencia de la desobediencia de Eva, era que ella tendría que pasar gran dolor al dar a luz, también la relación en el matrimonio fue cambiada, ahora la mujer tendría que estar sujeta a su marido y a su voluntad. Adán también había pecado y su pecado también tenía consecuencia. Miren el versículo 17 y 18; A causa del pecado de Adán la tierra había sido maldecida, la tierra fértil fue cambiada a la tierra estéril, esta comenzó a producir espinos y cardos; por esa razón el hombre tuvo que sufrir dolor y sudar para poder comer. Así el hombre tenía que trabajar dolorosamente para poder comer y sobrevivir. También el hombre fue sentenciado a la muerte, miren el versículo 19 b “...porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. “ Esta es la sentencia de la muerte a los hombres, fue sentenciado a la muerte espiritual, su relación con Dios fue cortada a causa del pecado. El hombre también fue sentenciado a la muerte física, ahora su cuerpo se separaría de su alma y este cuerpo regresaría a la tierra del cual había sido tomado; y también fue sentenciado a la muerte eterna, el espíritu será juzgado ante Dios y echado al fuego que nunca se apaga. A través de la sentencia de Dios a los hombres vemos la gravedad del pecado, el resultado del pecado es la muerte, el hombre alejado de Dios, ante la muerte no puede hacer nada, más que temer y esconderse.

Sin embargo Dios no aborreció a los hombres miren el versículo 21, Dios hizo personalmente túnicas de piel y los vistió, para protegerlos. Dios reemplazo los delantales hechos con hojas de higuera por la ropa de piel que él había creado para ellos. Esos delantales que los hombres habían hecho no le ayudarían, en cambio la ropa de piel que el Señor hizo les protegería. Dios habría derramado la sangre de los animales para hacer estos vestidos de piel; el hombre no puede más que cubrir la vergüenza de su pecado con hojas de higuera, pero Dios les protegió con los vestidos fuertes. La ropa hecha por el hombre no puede cubrir el pecado, solo vistiéndonos de justicia a través de la sangre derramada de Jesús podemos ser salvos y justificados delante de Dios nuestro Señor.

Tercero, Dios preparó el camino de la vida eterna. El ultimo castigo para Adán y Eva, era ser echados del huerto de Edén, perdiendo así el hombre su derecho de estar en el paraíso. Miren el versículo 22 “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.” ¿Cuál fue la razón por la cual Dios hizo esto? El hombre había desobedecido a Dios y dentro de él estaba el pecado, ahora el hombre conocía el bien y el mal. Su interior estaba manchado con el pecado, Dios no quería que el hombre alargara su mano y comiera del árbol de la vida, lo que provocaría que el hombre viviera para siempre en pecado. Dios protegió a los hombres, sacándolos del huerto de Edén para que ellos no vivieran en pecado eternamente. Ellos podrían tomar del árbol de la vida, hasta que resolvieran su problema del pecado; de esta manera ellos vivirían para siempre, sin pecado y teniendo su relación restaurada con Dios.

En conclusión.- Dios aborrece el pecado y lo castiga estrictamente; Dios es el Dios justo que cumple todas y cada una de sus palabras. Aunque Dios aborrece el pecado, Dios ama a los pecadores. Por tanto cuando caemos en vergonzoso pecado, debemos de venir a Dios y atender su palabra que nos dice “¿Dónde estás tú?“ En ese momento tenemos que ir a Dios con corazón quebrantado y arrepentido por medio de la fe. Dios castiga al pecado, pero perdona al pecador vistiéndolo de su amor redentor. Oro para que en cada momento de nuestra vida, escuchemos y atendamos esas palabras llenas de amor de Dios que nos dice “¿Dónde estás tú?”