sábado, 11 de octubre de 2014

Huesos Secos

Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.
Ezequiel 37: 5

Es tiempo de conferencia Biblica y en este momento estamos en el campamento de Huaxtla Jalisco, les comparto un poco de lo que he aprendido el día de hoy en la conferencia de Otoño de UBF en Guadalajara Jalisco.

Dios los bendiga.


Le doy gracias a Dios por la conferencia que estamos celebrado en estos días. Oro a Dios para que nos permita palabra poderosa a través de los mensajes de la conferencia, abra nuestros ojos y oídos espirituales y podamos recibir en nuestro corazón el mensaje de Dios.

El Señor me permitió conocerle en la universidad hace ya muchos años, tantos que ya perdí la cuenta, creo que son 12 años que he estudiado la Biblia y he aceptado a Jesús como mi salvador. A lo largo de estos años pude ver y experimentar demasiadas cosas, cosas que yo creía imposibles, incluso me ha permitido experimentar su soberanía en mi propia vida y en la vida de mi familia.

Escuchar la palabra de Dios, Conocerle, Experimentarle y Aceptarle como MI DIOS, ha sido de las mejores cosas que me han pasado en mi vida.

En el pasaje predicado el día de hoy, conocimos sobre el profeta Ezequiel, su nombre significa “Dios es mi fortaleza” y el era el profeta para el pueblo de Israel. El tiempo en que Ezequiel profetizó la palabra de Dios al pueblo de Israel era el tiempo difícil; con la caída de Jerusalén y la destrucción del Templo, muchos habían perdido la fe. La principal misión de Ezequiel fue combatir la idolatría, las malas costumbres y la corrupción. Por tanto era un profeta no muy bien recibido por el pueblo. El profetizarle a ellos era muchas veces como profetizarle al aire o a los huesos secos.

Recuerdo muy bien el tiempo en que recién conocí de Jesús, escuché de su palabra y comencé el estudio de la Biblia con los pastores en UBF, fue un tiempo maravilloso que siempre lo recuerdo con mucho gozo. Aunque fue realmente una lucha el que mi familia aceptara mi decisión de estudiar la Biblia y asistir a una iglesia que no fuera católica, siempre vivía esa lucha y esa persecución, con gozo y esperanza en el Señor. Sin embargo, cuando la lucha se hacia muy difícil de llevar, los pastores me animaban y fortalecían mi fe, y me invitaban a orar a Dios para que pronto mi familia también fuera alcanzada.

Una vez en un culto de Domingo vi 4 sillas juntas donde nadie se sentó y recuerdo que pensé que esos lugares eran los de mi mama y mis hermanos y que ahí se verían muy bien sentados y ese siempre fue uno de mis títulos de oración.

Recuerdo que tiempo después una vez predicando un mensaje, dirigí mi vista hacia los hermanos y vi sentada a mi familia, a mi mama y a mis hermanos juntos en el culto de Domingo. Dios había respondido mi oración y había traído a mi familia, justo en ese momento recordé el tiempo en que vi las sillas vacías cuando surgió mi título de oración. Ahí me di cuenta que Dios había respondido esa oración. En ese momento el fortaleció mi fe hizo ver y experimentar su poder. El hizo posible lo que yo creía imposible.

Esta no ha sido la única ocasión en que Dios me ha permitido ver su poder y su soberanía sobre nuestras vidas; Dios siempre ha estado con nosotros y nunca nos ha dejado aun a pesar de las adversidades, cuando mi hermano estaba luchando contra el Cáncer, Dios siempre estuvo con nosotros y aun cuando esa situación en la que es muy difícil tener esperanzas, Dios nos hizo creer y nos unió más como familia. Y le permitió a mi hermano salir victorioso solo por la gracia de Dios.
Y así podríamos pasar horas y horas cada uno compartiendo cuantas cosas ha hecho Dios con nosotros.

Al estudiar este pasaje, me pregunté: “¿Cómo fue que Ezequiel profetizó y lucho contra un pueblo que ni siquiera lo escuchaba?” “¿De donde sacó esas fuerzas?”. Al predicar la palabra en el campus, se experimenta mucho el rechazo de los jóvenes. Creo que al predicar la palabra se tiene que dejar de lado el amor propio y el miedo al rechazo. Esa situación constante me hizo que poco a poco dejara de predicar en el campus de la universidad, eran muchos a los que los invitaba y solo algunos aceptaban; de los que por amabilidad aceptaban, algunos me daban sus números telefónicos y de esos números recibidos, la mayoría eran números falsos.

Siento que poco a poco ese ánimo fue transformándose en dudas, miedo y desesperación. Este año Dios me permitió mudarme un tiempo a Costa Rica por causa de mi trabajo, ahí pude asistir a UBF Costa Rica y experimenté la vida sacrificada de los misioneros, la situación económica en ese país esta pasando por una etapa difícil, tanto que al misionero le fue necesario dejar de rentar el centro en el cual se llevaba a cabo el culto de Domingo y realizar el culto en su casa; muchos jóvenes dejaron de asistir al culto de domingo por la distancia. Aun así los misioneros no se desanimaron y siguieron invitándolos constantemente. 

Aun a pesar de lo difícil que le resultaba a la misionera Lidia asistir a campus en la universidad, por la falta de tiempo ella lo hacía sacrificádamente. Juntos comenzamos a Orar para que pronto Dios le permitiera una situación económica satisfactoria y volver a rentar el centro para el culto de Domingo. Una semana antes de regresar a México el misionero ya había rentado de nuevo el lugar y el culto de Domingo se llevaría a cabo en ese centro nuevamente. También estábamos orando para la invitación de las ovejas a la conferencia en Costa Rica.

Me doy cuenta que he estado por mucho tiempo desanimado, sin gozo y en desanimo en la obra de Dios. Parece que nunca tengo tiempo para la obra de Dios, para la predicación ni para las reuniones en el centro. A través del pasaje de Ezequiel pude ver mi situación espiritual como la situación de los huesos secos. Así me había acostumbrado a ver mi situación, sin esperanza. 

Dios llevó en espíritu a Ezequiel, donde le mostró un valle lleno de muerte y desolación, lleno de huesos secos. Donde no puede haber nada de esperanza. Sin embargo Ezequiel siempre confió en la palabra del Señor y en su soberanía. Cuando Dios le preguntó “¿Vivirán estos Huesos?” (Versículo 3), el respondió “Señor Jehová, Tú lo sabes”. Aunque parecía que no había nada de esperanza, El siempre dependió en Dios. ¿De dónde sacó Ezequiel esa fortaleza? el la sacó de Jehová, aun de los huesos secos Dios hizo la obra. 

Oro para que en este tiempo de conferencia pueda recibir la palabra poderosa y ese gozo y ánimo al inicio de mi vida de fe pueda ser renovado en mi interior a través de la palabra y el espíritu de Dios.
 
Oro para ser fiel en la meditación de la palabra a través del pan Diario y volver a orar personalmente todos los días, con fidelidad. De esta manera Dios llene nuevamente con su espíritu mis huesos secos.
 
“Dios es mi Fortaleza”

Gracias por leer el blog! Dios los bendiga!