Juan 9:35-41
Versículo clave: 9:35
Un hombre fue expulsado de la sinagoga solo por defender sus convicciones, y el ser expulsado de la sinagoga era una tragedia social y religiosa. Este hombre fue alejado no solo de la sinagoga, ni del pueblo sino que incluso de sus padres y de su familia.
Jesús fue a ver este hombre, pero no para ayudarlo humanamente, ofreciéndole un trabajo, comida, o diciéndole, "todo va a salir bien", sino que Jesús abrió sus ojos y puso su esperanza en Jesús y la fe verdadera en Dios.
Jesús vino al mundo, no para acabar con las guerras, y darnos un mundo color de rosa, el vino al mundo, a abrir nuestros ojos, y a curar nuestra ceguera espiritual, vino al mundo a hacer una revolución espiritual, y un movimiento de arrepentimiento.
Siempre fui un ciego espiritual, que no quería ver el pecado en mi vida, Cristo en la cruz, me enseño a abrir mis ojos espirituales, el me quito el espíritu derrotado y fracasado y me enseño a ver la verdad a través de su palabra. Su palabra me enseñó a abrir mis ojos, y decidí abrirlos y ver siempre la verdad a través de Dios. Hice también movimiento de arrepentimiento en mi corazón y quiero siempre seguir la verdad, pero la verdad "verdadera" la que encuentro solo en Dios.
Jesús curo mi ceguera.
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