viernes, 28 de enero de 2011

YO SOY EL CAMINO Y LA VERDAD

Juan 14:1:31[14:6]
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
En la historia existen muchos hombres que destacan por sus enseñanzas y filosofías; muchos hombres que trascienden y que quedan en la mente de todos nosotros y muchos otros son tomados como modelos a seguir por su gran influencia. Sin embargo muchas de sus teorías solo son tropiezos para ellos mismos; ninguno de ellos a podido declarar verdaderamente “Yo soy el camino la verdad y la vida” solo Jesus quien con su humildad toca el suelo de la tierra y con su divinidad el cielo, solo él es quién conecta, al hombre con Dios. Le doy gracias a Dios por esta palabra que me permite meditar en esta semana; la cual me hace recordar que solo en Jesús tengo mi verdadera consolación y solo en él se encuentra mi verdadera esperanza. En Jesus encuentro el camino, la verdad y la vida, el cual me lleva al padre.
“No se turbe vuestro corazón” Aun los discípulos, siendo los que vivían las 24 horas con Jesus tenían miedo y se preocupaban por su futuro. Al estar en la vida de fe ese temor llega a apoderarse de nosotros. Yo también soy discípulo de Jesus y he escuchado sus preciosas palabras de vida por casi 9 años y aun así he llegado a sentir miedo por mi futuro, miedo por mi vida y miedo de la vida de fe. En la palabra aprendí que estas dudas llegan a mi cuando tengo una idea errónea de la vida de fe. Los discípulos esperaban algo más que solo ver a Jesus coronado como el rey, ellos esperaban un poco de esa gracia y la querían aquí visible en la tierra; cuando ellos comenzaron a escuchar que Jesus los dejaría el temor se apoderó de ellos. Los discípulos si creían en Jesus pero mientras estaba visible y a la alcance de la mano. Por eso Jesús los consuela “Creéis en Dios, creed también en mí”
Este año pasado 2010, fue un año diferente donde pasaron muchas cosas que no esperaba. Cambié mi trabajo y cambié de ciudad, ahora me tenía que preocupar por mí casa, por pagar todos los servicios, el vivir solo causa muchos problemas; también tenía que viajar cada semana entre un estado y otro para asistir al culto de domingo. Yo tenía la convicción que Dios me había permitido ese trabajo en una situación difícil y con tanto esfuerzo para algo en específico, sin embargo no sabía cuál era el propósito, posteriormente en ese año se le detectó cáncer a mi hermano Adrián y era una lucha que no solo él estaba haciendo sino toda la familia completa incluyéndome. Entonces ese trabajo que Dios me había permitido parecía que tenía sentido y con él puede ayudar en los gastos de esta enfermedad. Tenía mucha queja, por los comentarios y opiniones de algunos colaboradores, los cuales me recomendaban dejar mi trabajo y me sentía juzgado por haberme cambiado de ciudad. Me hacían sentir pesada la obra de Dios. Todas estas cosas que pasaron en este año hicieron que mi corazón se turbara y que el miedo se apoderada de mi.
En ese momento olvidé de la palabra de Dios. Por más que recomendaba a mi Mamá que tuviera fe y que orara a Dios, ese mismo consejo era el que me faltaba a mí. Aunque estaba aquí en el servicio de domingo cada semana, Yo me sentía lejos de la palabra de Dios y no por vivir en otra ciudad sino por olvidar de sus promesas y de su preciosa voluntad, me sentí lejos por olvidar su palabra y su preciosa voluntad para mi vida y para mi familia.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Estoy seguro que muchos falsos profetas han dicho también que son el camino y la verdad pero el único que lo dice con verdad es Jesus, el hijo de Dios, Dios mismo, quien rompió esa barrera de Dios para con los hombres y quien abrió el camino a Dios, mediante su preciosa sangre derramada en la cruz por mi pecado.
¿En quién estaba confiando y en quién estaba esperando? En el bienestar de mi familia y en mi propio bienestar cuando estas cosas se tornaron inesperadas se turbó mi corazón, dude de la voluntad de Dios mi corazón de lleno de queja. Cuando mi corazón deja de confiar en Dios, este se llena de temor, de duda y de lucha. Cuando mi corazón confía en Dios quien es el mismo siempre. Este se goza, tiene fe y espera en Dios verdaderamente.
En esta palabra Jesús me recuerda quien es el, Jesús me recuerda que solo en el puedo conocer el verdadero camino por el cual debo andar, recuerdo que solo en Jesus encuentro la verdad; y Jesus me recuerda cual debe de ser mi destino final este es el de llegar a Dios, y no hay otro camino sino solo por él.
Oro para que a través de esta palabra mi corazón se consuele y mi corazón espere solo en Jesus quien prepara morada en casa de su padre. Oro para siempre tener esperanza en el Reino de Dios, oro para esperar y confiar siempre en Jesús quien es el camino la verdad y la vida.