domingo, 4 de octubre de 2009

La tragedia en la familia de David

2 Samuel 13:1-39
Versículo clave 37b


Y David lloraba por su hijo todos los días.


En la palabra del día de hoy en pan diario podemos ver como el pecado influye y daña no solo a nosotros mismos en nuestro interior sino también como aun daña y contamina a los que nos rodean o incluso a nuestra familia.
Esta palabra trata sobre la familia del rey David, el pecado de David le hizo manchar su nombre delante de Dios, sin embargo Dios perdono su falta y le hizo un hombre nuevo pero esta mancha de pecado se esparció por su familia, Ammón era el hijo mayor del rey David, pero la consecuencia del pecado de David llego hasta su primogénito cuando fue presa del pecado de lujuria, cuando los hombres no tienen una guía verdadera en su vida, cualquier pensamiento sin dirección o un deseo mal encausado puede ser que nuestra vida tome rumbos que de ninguna manera agradan a Dios.
Ammón en lugar de tener un pastor que le diera buena influencia para su vida, su primo Jonadab le hizo confundir su discernimiento espiritual, y su comentario le hizo caer en la tentación al alimentar el orgullo de Ammón. Después de cometer el pecado contra su media hermana, ese amor pasional pronto se convirtió en desprecio y odio, quedando así aun mas vacía su vida, llena de pecado y odio. Y al enterarse su padre el rey David estaba furioso y desaprobaba lo que su hijo había realizado pero él no hizo nada.
Absalón el hermano de Tamar la mujer lastimada, no se vengó en ese momento de Ammón pero su coraje y su desacuerdo en su interior creció como un cáncer que poco a poco comía su alma y lo llenaba de odio, y aunque soporto dos años, pasado este tiempo el busco la oportunidad para quitarle la vida a Ammón, Jonadab el mal consejero quedo saciado en su interior, al ver la sangre derramada a causa de su mal consejo. David lloró la muerte de su hijo como el resultado de su pecado.
Cada uno de los hombres necesitamos una guía para el andar de nuestras vidas, los hombres llegamos a pensar que nuestra vida nos pertenece y que tenemos la madurez suficiente para tomar nuestras propias decisiones, pero cuando estas decisiones son tomadas sin estar en la presencia de Dios, solo nos hace perder el verdadero rumbo y dirección de nuestras vidas. ¿Dónde estaría ahora si Dios no hubiera tomado las dicciones por mi? Ciertamente desconozco el paradero de mi vida si yo mismo hubiera seleccionado el rumbo por el cual debería de caminar. Ammón tenía una mala percepción de su vida, el se sentía con la potestad de tomar a la mujer que quisiera aun que esta fuera su pariente, y su primo quien debería de reprenderle en este caso, él animo ese mal sentimiento de Ammón. Así como Jonadab Dio un mal consejo, y alimento el orgullo de su primo. Satanás también usa nuestros propios deseos, los alimenta y crese nuestro orgullo haciéndonos pensar que somos dueños de nuestras vidas y somos capaces de tomar maduramente nuestras propias daciones, pero estas decisiones mal encausadas solo nos hacen terminar en tragedia. ¿Qué debemos de hacer en estos casos? Escuchar la voz de Dios quien sabe perfectamente la dirección de nuestras vidas, escuchar su palabra y obedecerla. Cuando la palabra entra en mi corazón esta me hace ver claramente el propósito de mi vida y la dirección por la cual debo de caminar.
Señor ayúdeme siempre a buscar la dirección que usted tiene preparada para mi vida; buscando que mi vida solo quiera seguir su voluntad, no siguiendo las palabras engañosas de algunos hombres y del mundo, sino solo la palabra de verdad que encuentro en Usted. Señor también utilice nuestras vidas como lumbres que llevan la palabra a los campus universitarios. Y de esta manera los jóvenes conozcan la verdadera dirección que Dios tiene preparada para ellos.
Obedecer solo la palabra de Dios.

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