sábado, 23 de enero de 2010

MI ANHELO Y ESPERANZA

PALABRA/ FILIPENSES 1:1-30
V. CLAVE/ FILIPENSES 1:20

Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.


Doy gracias a Dios por esta palabra, Oro para que Dios me dé el anhelo y la esperanza en Cristo. Dios es el señor todo poderoso, en quien debe de estar toda mi confianza y en quien debe de estar dirigido todo mi esfuerzo. Oro para ser el obrero fiel y que el único anhelo de mi vida sea ensalzar a mi señor Jesús.

De esta palabra aprendo de Pablo el corazón de pastor que se dirige a sus ovejas. Filipenses es llamada, por muchos eruditos de la biblia, la carta de amor, gratitud y alabanza. En esta carta Pablo Muy sencillamente se identifica y fortalece a sus ovejas. En ese tiempo Pablo escribía desde la cárcel. Al leer su carta a los filipenses se puede percibir un interior agradecido con Dios, e incluso un interior que fortalece.

No puedo imaginar, como seria estar en una cárcel, seguramente es una estancia nada agradable, sé que muchos reos con influencias muy fuertes, reciben tratos especiales, sin embargo en ese tiempo, Pablo había ido en contra de Roma y muy seguramente el trato que le tocaba era nada agradable, sin embargo esto no debilitó su espíritu, humanamente dentro de la cárcel el tendría que estar recibiendo palabras de consuelo de los de afuera, pero él era el que consolaba a sus ovejas e incluso exhortaba a los suyos. Aprendo de Pablo el espíritu de nunca rendirse.

¿Cómo hizo Pablo para nunca rendirse? Él sabia de la oración de todos sus siervos, Pablo confió y se fortaleció con la oración intercesora de los filipenses, también el espíritu de Cristo, le llenó de gozo su interior y le fortaleció cuando más lo necesitaba. Aun así desde dentro de la cárcel Pablo siguió muy seguramente creciendo a los discípulos y haciendo la obra de Dios.

El versículo 20 comienza diciendo “Conforme a mi anhelo…” según la carta, puedo entender que el verdadero anhelo de Pablo, no era ser liberado, sino que nada le impidiera el ensalzar y dar gloria al nombre de Cristo, ese era su verdadero anhelo y su verdadera esperanza. No importa si Pablo estaba libre en la ciudad predicando o si estaba encerrado en una cárcel fría, el verdadero anhelo en su interior era que nada le impidiera ensalzar el nombre de Cristo. Por eso aun dentro de la cárcel el tenia el ánimo para hacer la obra de Dios, para exhortar a sus ovejas y para animar a los líderes de la iglesia.

El versículo 20 continua diciendo “…. En nada seré avergonzado” No quiere decir que Pablo esperara una vida sin problemas a causa de servir a Cristo, sino que el sabia que estando de lado de Cristo siempre tendría la victoria y el triunfo de la vida de fe. “o por vida o por muerte” El Cristiano verdadero da verdadera gloria al nombre de Cristo con su vida entregada y por su trabajo. Pablo si no moría, seguiría engrandeciendo el nombre de Cristo, gracias a su predicación y a su trabajo para la obra. Si Pablo moría, Cristo también seria engrandecido gracias a su muerte ya que lo hacía por dar gloria al nombre de Cristo.

El pensamiento de Pablo estaba verdaderamente enfocado en servir a Cristo con todo el corazón, “el vivir es Cristo” todos sus planes, esperanzas y aspiraciones se centraban en el Señor, para él el vivir, no solo significaba el acto egoísta de aferrarse a la vida, sino que lo haría para ensalzar al Señor. “El morir es ganancia” la muerte para los hombres significa perdida, por eso los hombres se ponen tristes ante la muerte de los seres queridos pero para pablo la muerte significaba “ganancia”. Si bien su principal preocupación era ensalzar a su Señor, también si la decisión de su Señor era la muerte, Él la aceptaría y aun así el último sentimiento de Pablo era haber terminado de la mejor manera la obra del Señor.

Dios al que llama como su siervo siempre le da la oportunidad de ir creciendo. Dios llama a sus siervos y los establece como los que hacen su obra. Algunos en su vida de fe crecen creyendo que la vida de los cristianos es en la que no hay tribulaciones o es el tipo de vida de “vivir felices para siempre” ciertamente al servir a Cristo “vivimos felices para siempre” pero nuestra felicidad difiere de la felicidad de los hombres. Nuestra felicidad se centra en las tribulaciones que tenemos al servir a Cristo, muchas de ellas con los que amamos o con los hombres del mundo. Siempre hay tribulaciones u obstáculos por pasar, y con estas tribulaciones nos gozamos, ya que Dios está creciendo nuestra fe y nuestra verdadera esperanza. Seguramente la vida dentro de la cárcel sería algo que nadie en su sano juicio, quisiera experimentar por voluntad propia, y aun en esa circunstancia Pablo se gozaba de servir la obra de Dios.

Soy de las personas que no le gusta vivir con problemas o con disgustos con otras personas, me gusta vivir tranquilamente y relajado. He aprendido a evitar muchos problemas con las personas y a llevarme bien con todos gracias a mi carácter, sin embargo eso no me exenta de padecer tribulaciones. Creo que las peores tribulaciones que podemos tener al decidiera seguir a Cristo con nuestra vida es en la familia, ellos son las personas que amas con todo tu corazón y recibir persecución de ellos, hace que de verdad se entristezca tu corazón. Dios me permitió recibir ese tipo de tribulación y me gocé en ellas, aprendí a depender en mi Señor y él me hizo fuerte. Dios me ama y nunca me ha dejado solo en mi vida. Este año me permite muchos retos y me gozo también en este tipo de retos. El conseguir un trabajo fuera de la ciudad se ha hecho en cierto punto una tribulación, no es fácil regresar cada fin de semana, pero es algo que estoy dispuesta a enfrentar. Me gusta alabar y servir a mi Señor.
¿Cuál es el plan que Dios tiene preparado para mí? Eso no lo sé, mi título de Oración desde hace unos meses ha sido para que Dios haga su voluntad con mi vida, si él me quería llevar a otra ciudad, que me llevara, si él me quería dejar en Guadalajara, que me dejara. Y él está respondiendo poco a poco la oración y estoy agradecido.
En este año quiero aprender el espíritu de nunca rendirse, como lo hizo Pablo y con ese espíritu servir a Dios en todas las actividades de mi día. En mi trabajo, en mi familia y en la iglesia al predicar el evangelio a los jóvenes.

Gracias Señor por llamarme a servir. Oro para que a través de la tribulación, crezca y aprenda a depender completamente en usted todos los días de mi vida.

Una palabra: Mi anhelo y mi esperanza está en Cristo mi Señor.

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