Este pasaje de la
biblia me llamó mucho la atención, en él se describen muchas características presentes
no solo en nuestra sociedad, en los hombres, en nuestros amigos, sino
seguramente en nosotros mismos.
De entre
las características que se mencionan están los que maldicen a los padres
(11,17) los que se engañan a si mismos (12), los que tienen ojos altivos (13),
los que devoran a los pobres (14), los siervos que se hacen reyes y el necio
que llena su estómago con pan. Y aun estoy sorprendido que esta palabra puede
fácilmente aplicarse en esta época en este mismo día. La avaricia es el factor
común en cada una de estas características descritas, y la avaricia es
representada por la sanguijuela, que se pega al cuerpo y chupa a sangre insaciablemente.
En este punto de la palabra me detuve
un momento a pensar sobre la aplicación real de esta palabra en este punto
específico de mi vida; las características descritas van más allá que saciar
las necesidades primarias del hombre, cuando se sobre pasa esa fina línea, se
accede a la avaricia. Es cierto que es muy necesario trabajar para poder tener
una vida, tranquila y que nos permita crecer como persona y ser exitosos. Pero
parece que la necesidad por el dinero, nunca llega a saciarse. Aunque lleguemos
a tener la bendición en nuestro trabajo de llegar a ganar un poco más de dinero, es cierto que entre más dinero ganemos, más dinero queremos tener y
siempre estamos buscando una oportunidad para ganas más.
¿En
verdad existe alguna persona que piense que tiene suficiente dinero y que no
quiere más? Al menos yo no me he
encontrado a alguien que piense así y realmente dudo mucho podérmelo encontrar,
no tengo demasiada “suerte” si se me permite usar esa palabra.
Este pasaje bíblico nos muestra otras características que bien valen la pena
comentarlas el día de hoy. Estas cuatro características están depositadas en
cuatro pequeños animales de los cuales podemos aprender mucho el día de hoy; la
hormiga, tiene la fuerza de resistir el ataque de otros animales, es diligente
y sabia, que almacena su comida para el invierno; los conejos que es
considerada la presa más fácil de casar, sin embargo, sabiamente hacen su
refugio en los montes entre las rocas, donde muy pocos pueden llegar; Las
langostas que aun con su falta de reina, se organizan tal como un fuerte
ejercito veloz; por ultimo la araña, pequeña y despreciable sin embargo
construye su casa dentro de los palacios de los reyes.
Nosotros
somos también pequeños he insignificantes, pero la avaricia cambia nuestro
interior y nos hace querer mucho más de lo que en verdad necesitamos, ¿tienes
esa actitud de sanguijuela insaciable que quiere más y más? Esa es una pregunta
personal, que debemos de hacernos cada día.
La fe
es creer que aun en la carencia total, Dios es quien nos sostiene,
verdaderamente al único que necesitamos es a Dios, sin embargo nuestro necio interior
al ultimo que recurre es a Dios.
Oro
para tener esa actitud de los pequeños animales que aun con pocos recursos y
siendo despreciados por las otras especies, llegan a hacer grandes cosas.
Humildad
es la palabra clave que el día de hoy puedo aplicar con este pasaje bíblico.
Teniendo a Jehová en mi corazón todo lo demás esta en calidad de sobrante e
innecesario.
¡Bástate
con Jehová!
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