domingo, 20 de enero de 2008

GRATO OLOR DE CRISTO

PALABRA/ 2 CORINTIOS 1:1-2:17

V. CLAVE/ 2 CORINTIOS 2:15, 16

15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?

En esta palabra Pablo hace una paradoja de la victoria de Cristo, con las victorias de los ejércitos Romanos, estas celebraciones de los triunfos romanos, estos los encabezaban los generales romanos, este recibía la bienvenida en las puertas de las ciudades imperiales por los funcionarios gubernamentales, en estas celebraciones exhibían todo lo ganado en la guerra generalmente las cosas de mucho valor, y también los portadores de incienso hacían su trabajo por todas partes para perfumar el ambiente de la ciudad, y al final venia el vencedor, con una corona y era el que recibía el respeto y la atención de todos.

Ese olor de incienso era el que Pablo describe en esta palabra como el olor grato; Pablo también describe a Cristo como el general triunfante de esta batalla, Pablo dejó todo lo que tenia y lo que había logrado en su vida en Roma y lo tomo por basura, de esta manera Pablo reconoce a Cristo como el único verdaderamente digno de recibir la gloria, y ser reconocido como el verdadero vencedor.

Nosotros somos para Dios ese olor grato que Pablo describe, ese olor de incienso de la ciudad de Roma es decir el olor de victoria, el cual les hacia recordar a todos los de Roma la victoria de su pueblo y de su general. Pablo con esto recordaba cada día que el evangelio estaba ganando las batallas por doquiera así como la había ganado en ese momento en la iglesia de corintio. Con este pensamiento Pablo se había convertido en un verdadero soldado de Cristo triunfando ante los enemigos espirituales y mortales del alma, en todas partes donde Pablo había estado se había extendido el evangelio.

Ese Olor grato del que habla el versículo clave, es el olor de victoria esparcida por los portadores del incienso por a lo largo de la ruta del desfile, de esta manera pablo de ve a sí mismo como uno de esos portadores del incienso que reparte ese aroma fragante a victoria, de esta manera el olor, también es el conocimiento de Cristo, al igual que pablo que se veía a sí mismo como uno de esos portadores de incienso, nosotros también somos esos portadores de incienso, es decir los que esparcimos el conocimiento de Cristo a todas las naciones, ese olor fragante de la victoria es también el conocimiento de Cristo, el que nos hace ganar las batallas contra los huestes del mal.

Olor de vida para vida y de muerte para muerte, en esa paradoja que Pablo habla en esta palabra, en el “triunfo Romano” había los que celebraban la lucha ganada y también estaban los esclavos de la guerra, para los primeros este olor a incienso era el olor de la victoria era el grato olor de la vida, sin embargo para los cautivos de la guerra que sería dados en sacrificio, este olor del incienso era el olor de muerte para muerte, al igual para el evangelio, los que creen verdaderamente en Cristo y le entregan su vida el grato olor de Cristo en su venida será el grato olor de vida para vida, sin embargo para los que no creyeron en Cristo y no le siguieron, ese olor de Cristo en su venida será el olor de muerte para muerte.

En este tiempo Dios me llamo para hacer la batalla espiritual, y me estableció como un soldado de Cristo, esa es la actitud que debo de recordar siempre, en mi vida de fe Dios me a permitido ser entrenado y me ha permitido disfrutar de la victoria, no como consecuencia de mis actos o de mis capacidades sino reconociendo a Cristo como el vencedor en mi batalla espiritual, Dios quiere que también yo sea el grato olor de Cristo, ese grato olor que también sea esparcido por todas partes como ese incienso en el “triunfo romano” por eso el quiere que lleve ese olor grato, que es el conocimiento de Cristo a todas partes, y ese olor que lleve sea el grato olor de vida para vida, es decir el triunfo en la lucha espiritual. Y no el olor de muerte para muerte.

Al igual que Pablo, debo de ver mi vida, como la de los portadores del incienso que lleve el olor grato de la victoria a todas las naciones, que esparzan ese aroma fragante de victoria a todos los que no conocen a Cristo, dejándoles conocer y alabar al verdadero triunfante en la batalla espiritual que es Cristo el señor.

Señor Jesús use mi vida para llevar ese olor grato de Cristo a todas partes, comenzando desde la universidad de Guadalajara, quiero ser el que esparza ese olor grato de victoria que es el evangelio de las nuevas buenas de Cristo.

Gracias Padre, porque en este tiempo usted está usando nuestras vidas, para llevar este evangelio a todas las partes del mundo, permita que en este tiempo sean evangelizadas tres naciones de latino América desde la universidad de Guadalajara, y este con sus siervos, permítales que preparen su corazón, para llevar ese grato olor de victoria a través del evangelio a los jóvenes universitarios.

Por tanto Señor, en este tiempo denos la sabiduría y el discernimiento a través de su palabra para seguir solo su voluntad perfecta a través de la palabra.

Una palabra, el grato olor de Cristo.

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