viernes, 2 de enero de 2009

AGRADECIMIENTO Y ORACION

A veces peco de ese sentimiento realista, justo terminando el año 2008, no puedo dejar de sentir como si no hubiera acabado bien mis deberes, es decir, confieso que he llegado a tener un pequeño sentimiento de fracaso, el 2008 fue un año en el cual puede experimentar claramente el gran amor de Dios para mi vida y la de mi familia, pude ver claramente su voluntad y me bendijo en abundancia, me permitió estar cerca de su palabra. Sin embargo, muchas de mis “metas” espirituales, no las puede ver bien realizadas, no prediqué el evangelio como hubiese querido, no llevé la palabra de Dios a los universitarios, con el espíritu de desafío, no medite la palabra de Dios cada día, y no entregué, my best, es decir mi mayor esfuerzo para hacer la obra de Dios.

Y ese sentimiento realista en ocasiones brota desde mi interior me hace experimentar un pequeño sentimiento de fracaso, Sin embargo cuando me pongo a pensar en todo lo recibido y lo experimentado en la gracia de Dios, puedo ver la gran gracia y el gran favor recibido por Dios, eso sin duda no es un fracaso para mi vida espiritual. En ocasiones, mis ojos ven la obra de Dios un poco lejana y difícil de hacer, pero el problema está en esta misma frase anterior, mis ojos; es decir, estoy viendo la obra de Dios, solo con mis ojos, esto quiere decir, que solo veo, lo que no tengo, lo que me hace falta, mis debilidades, mi falta de talento, mis temores, y una lista grande de etcéteras, sin embargo para poder ver la obra de Dios realizada necesito ver la obra de Dios con los ojos de Dios. Esto quiere decir no con fatalismo, sino confiando en la mano de Dios, confiando en la buena voluntad de Dios y en su promesa la cual está basada en la verdad.

En el primer capítulo de la epístola a los filipenses, Pablo, después de la salutación les hace recordar la gracia recibida por el señor Jesús, el les deposita en su corazón la fe y la esperanza verdadera en Dios y en el Señor Jesús, en el versículo 1:6 pablo les dice: “…que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de JesucristoDe esta manera Pablo confió completamente en la buena voluntad de Dios para su vida, si bien la situación no era la mejor por la misma persecución a los líderes cristianos de los primeros siglos, ni por la vida en la prisión.

De esta manera Pablo sabía que el que comienza la obra es Dios y el mismo la perfeccionara, así el dueño y el que hace la obra en la tierra es Dios, Pablo fue el siervo exaltado de Dios, el hizo la obra de Dios entregando cada día lo mejor de sí para agradar el nombre de Dios. Sin embargo en ningún momento Pablo sintió merecer cada una de las metas alcanzadas al hacer la obra de Dios, sino que el comprendió claramente que esta obra la estaba haciendo Dios, sido nosotros, solo instrumentos en sus manos.

Este pequeño sentimiento de fracaso llega porque mi corazón ve la obra de Dios con mis propios ojos que en ocasiones están segados por el pecado, cada día limpio mi interior con la oración y el arrepentimiento. Quiero tener claramente la visión para hacer la obra de Dios, así como Pablo comprendió que esta obra la comenzó Dios y es la misma obra que Dios la perfeccionará.

La única diferencia entre hacer y no hacer la obra de Dios, es la manera en que nuestro corazón esta dependiendo, si en Dios el todopoderoso y dueño de la obra, o en nosotros mismos que llegamos a ser necios pecadores.

Oro para adquirir el corazón que depende completamente en Dios para su obra, oro para tener, como Pablo, siempre la meta de esta “carrera” espiritual muy clara en mi interior, con corazón gozoso siempre esperar el tiempo perfecto para que Dios perfeccione esta obra en la tierra.

De esta manera el titulo de oración no será solo para que Dios me permita siempre la facilidad o el buen tiempo para hacer su obra, sino para que Dios enseñe a través de su palabra el corazón de verdadero siervo de Dios, esforzado y valiente, y el espíritu de verdadero líder que siempre siembra en el corazón de los hombres, la esperanza verdadera en Jehová Dios.

Gracias Padre por este año 2008, y quédese conmigo también en este 2009.

Una palabra: Dios perfeccionara su obra.

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