SEÑOR VENGA TU REINO

Lucas 17:21 El reino de Dios está entre vosotros

Los fariseos se acercaron a Jesús y le preguntaron, ¿Cuando habría de venir el reino de Dios? aunque ellos se sentían con el pase directo al reino de Dios, querían saber la fecha exacta del la venida del reino, aunque usaban su propia justicia para aliviar la carga del pecado, en algún rincón de su cabeza sabrían la necesidad de arrepentimiento y querían hacerlo justo antes del juicio, era como querer “pasar de panzazo”. El corazón de los fariseos no los dejaba entender claramente el mensaje que Jesús predicaba, ellos guardaban celosamente su propia idea y su propio significado de la obra de Dios.
El reino de Dios no comienza el día del juicio o de la venida de Jesús, el reino de Dios comienza en el interior de cada uno de nosotros, y cada uno de nosotros queremos que Jesús venga con su poder y la gran gloria a este mundo, y nos arrebate y nos lleve con él, “amen!”; muchos falsos profetas o las corrientes de este mundo se aprovechan de esta añoranza de nuestros corazones y ponen los caminos “chuecos” delante de nosotros. Pero el pueblo de Dios debe de permanecer firme en la obra verdadera de Dios.
Señor en nuestro corazón ponga la convicción firme y la fe verdadera, señor usted nos llamo como los soldados de Cristo, cada día permitamos recordar ese propósito en nuestra vida de fe y de esta manera permanecer firme ante la tribulación, Satanás pone los caminos falsos, utilizando las tentaciones amables y muy atractivas a nuestra vista y los falsos profetas. Señor en nuestro corazón ponga la dirección correcta, y su voluntad verdadera, de esta manera pueda ser establecido el reino de Dios desde dentro de cada uno de nuestros corazones.
Ciertamente Jesús vendrá con su poder y gran gloria, pero primero el evangelio tiene que ser predicado hasta lo último de la tierra, para eso debo de trabajar para su obra y llevar el evangelio a todos los que no conocen la palabra.
Yo quiero que el señor venga, quiero ver la obra realizada y quiero ser partícipe de la obra de Dios, para que Dios use mi vida tengo que entregar mi corazón, tengo que limpiar mi interior y dejar que la voluntad de Dios este en mi corazón.
El mundo ve que entregar la vida a Cristo es como una pérdida, o una vida que solo parece desventaja, pero el pecado no deja que sus ojos vean la verdad, entregar la vida a Cristo y perder la vida por el evangelio y por Cristo es ganar la vida verdadera y la verdadera Salvación.
Señor deja que su Reino sea establecido primero en mi corazón, de esta manera pueda preparar mi vida para entregarla a usted, y en el tiempo de su venida darle la bienvenida. Y disfrutar de su presencia, de su poder y gran gloria.
Una palabra: el reino de Dios comienza desde tu corazón.