domingo, 27 de septiembre de 2009

Volved a Él


Isaías 31:1-9 [31:6]

Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel.

¿En quién estoy confiando?, esa fue la pregunta que salto desde mi interior cuando abrí la pagina del pan diario del día de Hoy. En la palabra de Isaías 31:1-9 se habla del pueblo de Dios que no confió completamente en la soberanía del creador ni en su preciosa voluntad. Sino que viendo la fuerza de Egipto, el pueblo de Dios bajo y pidió ayuda a Egipto. Los hombres creyeren en las cosas visibles como fuerza, poder, incluso en los jinetes y en los caballos de Egipto.

No existe ninguna diferencia entre el pueblo de Dios y mi vida, ya que los hombres de este tiempo también fuimos llamados por Dios para ser pueblo suyo. Y de la misma manera Dios espera que nuestro interior este confiando en su voluntad y es su perfecta soberanía. Al ver esta palabra, es fácil criticar al pueblo de Israel que dejó de confiar y comenzó a buscar las cosas visibles ¿En que esta confiando mi corazón?, al igual que todas las personas del mundo, llegan momentos en mi vida que parece que es el tiempo justo de salir corriendo, y dejar todo lo que se y lo que conozco atrás pero de esta manera volver a comenzar. Al servir la obra de Dios, no quiere decir que de repente todos mis problemas dejen de existir y que adquiero una vida completamente fácil de llevar. Si eres Cristiano y crees que por el hecho de confesar a Cristo con tu vida, serás tremendamente beneficiado y que tu vida dejará de ser difícil y comenzara a ser color de rosa…. Déjame decirte que ese no es el plan de Dios.

Se podría llegar a pensar que el pueblo de Dios, tendría ventaja respecto a otros, ya que ellos eran los escogidos y el reino de sacerdotes y gente santa, sin embargo, era el pueblo el cual estaba siendo probado y edificado directamente por Dios, por tanto ellos tenían que esforzarse y ser valientes, y su vida lo único que no tenia era tranquilidad o soltura, sino que era una vida en la cual tenían que estar cada día listos para entregarlo todo.

Al vivir la vida de fe, o entregar nuestra vida a Cristo, podemos ver que la vida deja de ser simple ya que ahora tenemos un propósito claro y este es el de servir a Dios con ella. Ciertamente llegamos a experimentar muchas dificultades al servir la obra de Dios, que pueden ser desde nuestra familia hasta el trabajo y con los amigos y aun muchas cosas más grandes. Pero el verdadero problema no es que se presenten estas cosas, sino dónde está puesto nuestro corazón y en quien estamos confiando cuando suceden estas cosas.

El pueblo de Israel buscó lo visible y confió en Egipto en sus tropas y en su fuerza palpable, a Dios no le agradó ni le pareció una buena idea, que su pueblo estuviera confiando en Egipto. !!Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, … y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová! [Isaías 31:1] Dios tiene un plan perfecto ya preparado para cada uno de nosotros, aunque en ocasiones parece que la mano de Dios no está con nosotros, aunque nuestro propio plan parece que es más lógico y que tiene una respuesta más rápida y fructífera para nuestra vida, sin duda este plan fallará o no será eterno, ya que lo único eterno es lo que viene de Dios. Podríamos confiar en el material, en nuestra sabiduría, en nuestra preparación e incluso en nuestras fuerzas y así tratar de solucionar nuestra vida, sin embargo sabemos que en el final de los días, todas estas cosas serán tomadas por basura y lo único que importara en ese momento será la presencia del Señor.

¿Dónde está puesto mi corazón? Sin duda llego a confiar en mi propia voluntad y en mi propia vida para tratar de solucionar y hacer todas las cosas, me arrepiento, porque ni aun experimentando a Dios personalmente he dejado absolutamente todo bajo su gracia y soberanía, en cambio con justicia propia trato de “mejorar” el plan de Dios con mi vida, y lo único que logro con mi pensamiento es estorbar la voluntad de Dios.

En este pasaje bíblico Dios da una advertencia a su pueblo! Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! El pueblo aun no dejaba su espíritu de esclavo buscando en Egipto la solución para todos sus problemas. Ellos deberían de estar buscando cada Dios en Dios, y en cambio ¿Qué era lo que estaban haciendo? y no miran [miraron] al Santo de Israel, ni buscan a Jehová.

Señor deme siempre la sabiduría, para comprender que no hay otra forma u otro camino para poder llevar mi vida delante de usted más que dependiendo en su preciosa voluntad, solo en usted he encontrado la salvación ayúdeme a buscar siempre a depender en su plan perfecto.

Una palabra: busca en Dios y no en los hombres…

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