sábado, 28 de febrero de 2009

DADLES VOSOTROS DE COMER

Lucas 9:1-17 [13]

Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.



Jesús sabía que era tiempo de que los discípulos experimentaran del poder de Dios en sus vidas, confiando en su voluntad perfecta, en el pequeño viaje en el cual a los discípulos les fue entregada la autoridad y la potestad para la sanación y para echar fuera a los demonios, los doce se enseñaron a confiar en el poder y la autoridad que solo viene de Dios, no dependieron en las cosas del mundo, sino solo en la voluntad de Dios.

Tanto que dieron influencia en los lugares por donde pasaron, tanto que el ministerio de Jesús comenzó a expandirse por todas partes, y los dirigentes políticos y sociales de ese momento comenzaron a temer de Jesús.

Con mucho ánimo en su interior los discípulos le contaban a su maestro de la obra de Dios que ellos vieron realizada en los diferentes lugares donde predicaban, y aunque estaban en un lugar desierto muchas personas les siguieron porque aun estaban maravilladas del poder del apalabra de Jesús y sus discípulos. Estas eran las personas que habían creído en la palabra que se les había predicado, siguieron a Jesús hasta el lugar lejano y desierto y querían seguir escuchando y recibiendo la palabra poderosa directo de la boca de Jesús. Aunque era el tiempo de descanso del señor él no rechazo a las ovejas en cambio las recibió y les hablo y apacentó a estas ovejas.

Siendo ya tarde, el día comenzaba a declina y los discípulos supieron que era tiempo de que despidiera a las personas para que buscaran un lugar para comer y pasar el resto del día, en ese momento Jesús les dio una orden a los discípulos, el les dijo “dadles vosotros de comer” pensando en estas palabras de Jesús, sería muy difícil encontrar algo para darles de comer antes de que la noche llegara, eran cinco mil personas en un lugar lejano y desierto.

Estas palabras de Jesús serían una dirección difícil de seguir, los discípulos no tenían ni comida ni dinero, y ni siquiera tiempo. Aun un restaurante de buen tamaño no sería capaz de tomar esa dirección de Jesús. Sin embargo en cada una de las direcciones que Jesús nos da, y en cada una de las direcciones que Dios nos brinda a través de la palabra, con ellas viene el poder necesario para lograrlo.

En ese pequeño viaje misionero los discípulos habían aprendido a confiar en Dios para poder llevar la palabra y el evangelio a los hombres no confiando en las cosas del mundo sino en Dios solamente, ahora Jesús también les quería enseñar a aplicar esa fe para resolver los problemas prácticamente, en frente de ellos tenían a cinco mil hombres esperando por comida, y ellos solo tenían poco dinero y muy poca comida, solo cinco panes y dos peses, que si bien solo alcanzaría para la comida de una sola persona.

En esta palabra de Jesús aunque a la vista de los hombres pareciera insensata y difícil de realizar, el propósito de la palabra de Jesús es enseñar a sus discípulos la fe verdadera y completa en Dios, ellos no podían confiar de ninguna manera en su capacidad, en su dinero, en la situación o en sus propias fuerzas para realizar esta obra, la única manera de cumplir esa petición de Jesús era confiando en Jesús.

De esta manera llevaron lo poco que tenían a Jesús y creyeron que Jesús no despreciaría lo que ellos entregaban, de esta manera lo que parecía una dirección difícil para los discípulos llegó a ser para ellos la muestra más clara de que para Jesús no hay nada imposible.

Los discípulos entregaron los cinco panes y dos pescados a Jesús y alimentaros a los cinco mil hombres sin contar a las mujeres, esta multitud fue saciada, hasta ya no poder más y los discípulos recogieron doce cestas llenas de pedazos.

En esta palabra puedo ver la forma en que Dios quiere que trabajemos, es necio pensar en hacer la obra de Dios, esperando siempre el tiempo perfecto, orando para que Dios envié solo ovejas fieles, querer hacer la obra, solo en el tiempo fácil para predicar, la palabra de Jesús dadles vosotros de comer, sería aun difícil aun teniendo todos los medios para hacerlo.

Viviendo la vida de fe, a veces parece casi imposible en pensar que con mi vida puedo ver la obra realizada, la obra de Dios se tiene que predicar hasta los 233 países del mundo, esa es la dirección que Dios nos da a través de la palabra, pero cuando veo mi pequeña vida, se que aun que tuviera todos los medios no podría hacer la obra de Dios, esa dirección que Dios nos está dando para llevar la palabra, es la obra que se hace solo confiando en la voluntad de Dios, debo de comenzar esta obra desde los aspectos pequeños.

Para hacer la obra de Dios, solo podemos comenzar desde la predicación en los campus con el estudio uno a uno, el estudio uno a uno llega a verse insignificante cuando pensamos que ese evangelio debe de llegar a todos los hombres de todas partes del mundo, y en ocasiones en un solo día solo un estudiante acepta el estudio de la biblia, sin embargo ese trabajo que hacemos en los campus son nuestros cinco panes y dos pescados, estos los debo de llevar delante de Jesús.

En este movimiento de pesca Misionero Timoteo nos dio la dirección de tener el encuentro con los jóvenes universitarios en los campus, y deberíamos orar por la dirección de 300 encuentros por fraternidad durante el movimiento de pesca, esa frase de trescientos encuentros es una frase que se ve difícil de realizar, y la única herramienta que tenemos es la predicación y la invitación en los campus universitarios. Aun con todos los medios a mi favor, es una dirección difícil de realizar.

El querer hacer la obra de Dios, y solo orar y sentarme y esperar a que suceda por si sola, es la manera necia de querer que pase la obra de Dios, sabía que estaba queriendo realizar la obra de Dios neciamente cuando oraba fielmente para que esta obra se vea realizada, pero no me esforzaba ni en lo mas mínimo para hacerla, yo mismo despreciaba el poco trabajo que podría realizar durante la semana y el poco tiempo que tengo disponible para predicar en los campus universitarios. Solo son a lo mucho tres ocasiones que pudo salir a los campus, a llevar la palabra, y en la noche, ya cuando en lo único que los jóvenes están pensando es en su casa y la cena que les espera, de esta manera pensaba que sería insignificante el pequeño trabajo de predicación que podría lograr en los campus universitarios y mejor no iba a la pesca y me quedaba en el centro.

Con esta palabra se que Jesús nunca rechaza lo que nosotros le entregamos para que su obra sea realizada, el que estaba rechazando mis cinco panes y dos pescados era yo mismo, en el movimiento de pesca, la palabra reforzó mi interior, y sin calcular el tiempo o los días o que tan fructífero o no es el tiempo para predicar, Salí a hacer la invitación a los jóvenes. Pensando en agradar a Dios al llevar mis cinco panes y dos peses, aun no se termina el movimiento de pesca y estoy orando para que Dios conserve el fuego que hay en mí.

Oro para que cada día Dios me permita entregarle mis cinco panes y dos peces, fielmente, y aunque a los ojos de otros, este trabajo que realizo se ve insignificante, oro para que Jesús reciba este pequeño trabajo y haga la gran obra desde la universidad de Guadalajara.

Oro para que Dios me de fuerza, y para que de alguna manera mi empleo laboral, no sea un obstáculo para la realización de la obra, oro para esforzadamente buscar los cinco panes y dos peses y llevarlos a Jesús.

Señor en este movimiento de pesca renueve el fuego en mi interior para realizar la obra de Dios, quiero recobrar cada día el primer amor, y con agradecimiento hacer la obra de predicación en los campus universitarios.

Gracias padre por su palabra, dénosla cada día en el corazón y con ella alimentar a sus ovejas.

Una palabra: cinco panes y dos pescados.

No hay comentarios: