Llenar las entrañas....

Ezequiel 1:1-3:3

Dios soberano llamo a Ezequiel como el verdadero sacerdote para su pueblo, Dios le dio visión a Ezequiel en la cual conoció al Dios soberano quien es el que guía el mundo. Quien dirige el camino de cada uno de nosotros. Dios se mostró a Ezequiel con un aspecto glorioso.

¿Por qué Dios Quiso mostrarle primero la gloria majestuosa a Ezequiel antes de darle su misión? De esta manera experimentando primero la gloria de Dios el tendría la esperanza viva, en Dios todopoderoso. El tendrían también la convicción de quien lo llamo. Si Ezequiel se distraía y solo veía su siglo, se llenaría de fatalismo y desesperación, su interior se debilitaría y finalmente caería ante la corriente del pueblo. Pero si solo veía la gloria y la majestuosidad de Dios, el dependería en esa potestad de Dios para poder hacer la misión que estaba a punto de recibir.

La misión que Dios le tenia preparada era la de llevar la palabra al pueblo rebelde al de duro corazón, y al que endurece su frente. Dios no envió a Ezequiel a predicar la palabra en los lugares fáciles, o con las ovejas que incluso le buscarían por teléfono para hacer la cita de estudio. En cambio le envió al pueblo de duro corazón. Al pueblo rebelde.

De esta manera Ezequiel tendría que ser fuerte y valiente y depender completamente en la voluntad de Dios para llevar la palabra. Dios claramente aclaro a Ezequiel que solo su palabra predicara claramente, de esta manera la palabra de Dios pueda llegar no adulterada al corazón de los hombres.

Dios le dio la palabra primero a Ezequiel para que esta palabra fuera la que llevara al pueblo, pero Ezequiel primero tendría que recibirla en su corazón, “Dios le dice come este rollo”, pero no solo comer hasta donde el piense que esta satisfecho sino que aun le dice: “que llene su vientre y sus entrañas”.

Dios me permitió ver su gloria a través de la palabra, su gloria celestial, y me hizo reconocerlo como el verdadero padre celestial.  Reconozco que es quien marca la pauta en el mundo. Dios también me permitió aprender a depender en su preciosa voluntad para salir como vencedor, el me permitió ver su gloria en mi familia, me permitió vencer el ceneval, y muchas otras cosas que no alcanzaría el tiempo ni la pila de mi laptop para mencionarlas todas.

A través de la palabra Dios también me permitió conocer claramente el rumbo que quiere para mi vida, “ir y predicar a toda criatura”, “ir y hacer discípulos a todas las naciones”, por mencionar algunas. Dios quiere que haga su obra con mi vida, tengo la convicción que Dios me llamo a mi, aun desde el vientre de la Pastora Paula.

Ese deseo que tiene Dios para mi vida, también es mi deseo, ya acepte esa visión como propia, sin embargo me distraigo viendo solo la condición de mi vida, mis limitantes, la oscuridad del siglo, mi falta de fuerza desafiante y la falta de valentía entonces que hay que hacer, Dios quiere que solo vea su gloria y su majestuosidad, quiere que siempre tenga la convicción de que el es el que me llama, el que me escogió y el que me envía a predicar la palabra a los campus.

Tengo siempre que comer su palabra, no solo hasta quedar satisfecho o hasta cumplir con mis metas de pan diario, sogam, lectura de la Biblia, o hasta que cumpla mis números semanales, sino hasta llenar mis entrañas, es decir hasta que la misma palabra este por todo mi cuerpo tanto que salga por la boca. De esta manera las palabras que hable sean las que tenga que predicar en los campus universitarios.

Dios no se equivoca, y si el es el que me envía entonces el estará conmigo en los campus universitarios predicando el evangelio, y si aun no he crecido a los discípulos, entonces solo es cuestión de tiempo. Cuando a la fraternidad se le dio la misión de ir a predicar al CUAAD, la verdad tenia un poco de fatalismo con esta dirección, la forma de pensar de los estudiantes de este centro es muy diferente a la que estoy acostumbrado, en mi casa vivió un estudiante de arquitectura por mucho tiempo al lado de mi cuarto, y muchas veces me exponía su opinión acerca de la Biblia. Sin embargo también Dios me dio la convicción de que cambia esos corazones y esas opiniones al ver ahora a P. Carlos.

Quiero que Dios crezca a muchos estudiantes de este centro y quiero ser participante de esta historia, pera ello tengo que llevar la palabra, tengo que confiar en el Espíritu santo, en la voluntad de Dios y tener la convicción de quien me llama y me establece como predicador de su palabra y como pastor para estos jóvenes.

Oro para que Dios me permita siempre ver la gloria y la potestad de Dios, confiar en su voluntad y tener la convicción de quien me llamo y de la misión que me dio, y siempre estar alimentándome de la palabra de Dios, hasta llenar mis entrañas.

Una palabra: hasta llenar las entrañas.

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