sábado, 31 de mayo de 2008

CON UNA MANO TRABAJO, EN LA OTRA LA ESPADA

PALABRA/ NEHEMÍAS CAPS. 4 Y 5
V. CLAVE/ NEHEMÍAS 4:17,

Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.


La obra de la construcción del muro, estaba avanzando rápidamente, en estos capítulos dice Nehemías a Dios en oracion, que esta obra estaba hasta la mitad. El pueblo estaba trabajando con gran gozo y con el interior ardiente, por la obra de la reconstrucción del muro.

Sin embargo los comentarios de Sanbalat y los de sus aliados comenzaron a sembrar el desanimo del pueblo de Dios, ellos comenzaron a sentirse cansados y sin animo de luchar o defenderse del ataque de los enemigos. Nehemías ve el desanimo del pueblo y pide a Dios que callara la boca de los enemigos. Cuando la obra comienza, y se comienzan a ver claros los frutos, la voz de Satanás también se encarga de sembrar, el desanimo y el temor en el corazón de los hijos de Dios.

¿Qué hizo Nehemías cuando el pueblo estaba desanimado? Nehemías oro a Dios, y pidió que el se encargara de los pueblos enemigos, el hizo una lucha, primero, en oración, sin dejar de confiar en la voluntad de Dios, el cubrió todas las entradas a la ciudad, y siguió trabajando en la obra de la construcción del muro. Nehemías nunca dejó de hacer la obra de la reconstrucción del muro; y cuando el pueblo enemigo estaba cerca, el les dice a sus hombres: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. Nehemías, es el pastor para este pueblo caído, en ese momento, Nehemías hizo que el pueblo volteara a ver a Dios directamente, en su poder y en su grandeza, y solo confiar en Él para derrotar a los enemigos. El pueblo entonces no vio su debilidad, y su falta de hombres para la guerra sino que vio a Dios todopoderoso y solo en el confiaba para hacer la lucha.

Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. (Nehemías 4:17) Desde ese momento, el pueblo de Dios trabajó con anhelo y listo para la batalla. Nehemías no solo levanto al pueblo caído, sino que los hizo ver a Dios, les hizo trabajar para la obra, y tener el espíritu de batalla.


Nehemías fue el líder que levantó al pueblo de Dios, el les contagio el animo para la reconstrucción del muro, les hizo recordar la grandeza y la potestad de su Dios, el Dios verdadero, les hizo confiar en su soberanía, y en los momentos de lucha el les hizo confiar en la grandeza de Dios y en su potestad.

Dios también en este tiempo nos da la clara dirección de levantar los muros derribados de la universidad de Guadalajara, esa llega a ser nuestra misión por la cual debemos de esforzarnos y ser valientes. Al escuchar la palabra Dios también sembró en mi interior el deseo de trabajar para su obra, el deseo de ser un líder, y de crecer en su palabra. Se que el único sentido que mi vida podría tener es el de seguir a Dios y servirle. Fuera de eso no le veo un sentido verdadero a mi vida. Sin embargo trabajando en la obra de Dios he llegado a sentir muy pesado mi corazón para hacer la obra de Dios. Mi cabeza también escucha la voz del enemigo, y esta ha llegado a hacerme sentir miedo y desanimo en los últimos meses.
Sin embargo, como siempre, la palabra tiene la respuesta a todas mis preguntas, yo me habia preguntado el ¿Porque ya no sentía el mismo gozo de servir la obra, como cuando era discípulo? Y pude ver que perdí personalmente el sentido de las palabras “hacer la obra para Dios” ya las habia repetido muchas veces, y esta frase perdió el verdadero sentido, por eso cuando surgía alguna actividad, y los lideres decían que “era para Dios” esa actividad, yo solo me sentía mas pesado, y con quejas.
Las palabras de Nehemías me hicieron ver a Dios todopoderoso y temible, al Dios creador de los cielos y de la tierra, y al Dios que me ama tanto que entrego a Jesus en la cruz, por mis pecados. Es ahí donde debo de tener mi vista puesta, en esa gracia que he recibido, de esta manera, puedo sentir el gozo de hacer la obra de Dios, no por un compromiso en la iglesia, sino para agradecer a Dios por su infinita soberanía, nunca debo de olvidar el verdadero sentido de “hacer las cosas para Dios”.
Al entender en donde deberían de tener sus ojos puestos, el pueblo pudo seguir trabajando con animo, y estar listos para la batalla. Con una mano trabajaban y en la otra tenían la espada.
Quiero poner en practica ese espíritu del pueblo, con una mano hacer mi trabajo, todas mis actividades personales y en mi casa con mi familia, y con la otra hacer el trabajo para la obra de Dios. No solo quiero ser participe, sino que quiero que Dios use mi vida para hacer su obra, quiero trabajar para la historia de redención de los hombres, comenzando desde la predicación en la universidad de Guadalajara.
Quiero aprender también el espíritu de verdadero líder de Nehemías, no de líder que ordena y se enseñorea de su posición, sino el que juntamente con el pueblo trabaja, y que siempre recuerda el verdadero propósito de la vida de los hombres, el que siempre hace voltear a ver a Dios todopoderoso y el que hace al pueblo confiar solo en el Señor.
Para hacer la obra de Dios, oro para poder desafiar los horarios y servir a los jóvenes directamente en los campus universitarios, desde el CUAAD crecer a los lideres. Oro para hacer una batalla de oración, y de crecimiento espiritual, siempre confiar mi vida a Dios, y crecer en su palabra, teniendo la disciplina de la oracion personal, el estudio de la biblia, y el sogam cada semana.
También con mi otra mano confiar en Dios para el buen crecimiento profesional, depender en el en mi trabajo, y en este año pueda desarrollarme profesionalmente y académicamente.
Si lo veo con mis ojos son muchas cosas por hacer y solo 24 horas al día para hacerlo, pero quiero ceñir mis lomos y también trabajar con una mano para la obra y con otro para la lucha.

Una palabra: Acordaos del Señor Grande y temible.

No hay comentarios: