sábado, 3 de mayo de 2008

HUESOS SECOS; EN UN GRAN EJÉRCITO


PALABRA/ EZEQUIEL 37:1-14

V. CLAVE/ EZEQUIEL 37:10

Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

La situación del pueblo de Israel, era tan decepcionante como los huesos secos inertes y sin esperanza, al principio ellos eran el pueblo escogido de Dios, sin duda el mejor nombramiento para cualquier pueblo, pero al llenarse de orgullo ellos se apartaron de la voluntad y potestad de Dios, rechazando el amor verdadero, ese que solo se encuentra en Dios.

De esta manera después de ser invadidos por pueblos fuertes, poco a poco el pueblo se fue alejando de la mano de Dios, cayeron en decepción y perdieron la esperanza verdadera. De esta manera llegaron a ser como huesos secos, débiles, sin propósito, sin esperanza y sin fuerzas.

Dios le hizo una pregunta a Ezequiel ¿vivirán estos huesos?, ¿cuál es la manera de responder a una pregunta como esta?, Ezequiel podría ver humanamente a este pueblo de Israel y perder completamente la esperanza, ver el pueblo caído e idolatra y caer en fatalismo, pero él no vio con ojos fatalistas; en cambio el confió en esa potestad de Dios. Ezequiel respondió de esta manera “Señor Jehová, tú lo sabes.” Solo Dios tiene la potestad para poder restaurar aun de más allá de la muerte la vida de los hombres.

Creo que es casi imposible el no toparse con un momento de decepción y fatalismo, muchas veces la misma oscuridad del mundo nos hace perder por un momento nuestra vista de Dios y comenzamos a creer que para el hombre cada día hay menos esperanza para la salvación.

Al responder la pregunta Ezequiel está viendo la potestad y la gloria de Dios, por eso el tuvo la fe en Dios y su esperanza puesta en su voluntad, por eso puede responder de la forma correcta.

Cuando retiro un momento mí vista de Dios, a causa de mi idea, a causa de los deseos de comodidad, a causa de mis deseos carnales, es decir a causa del pecado; es entonces que aparece la decepción, es cuando suenan más fuertes las voces de mi cabeza que la de Dios y comienzo a ver todo lo que tengo que hacer y todo lo que no hago para Dios, y caigo en la decepción y fatalismo y estas, solo me hacen ser un hueso seco, es decir perder la esperanza verdadera en Dios, perder el propósito, me hace ser aun más allá que un muerto. Con el espíritu de “hueso seco” he llegado a ver la obra de Dios, pesada y difícil de hacer. También ese mismo espíritu de “hueso seco” no me ayuda a desafiar mi tiempo, mi miedo, mi debilidad para poder cumplir la obra de Dios.

Dios no quiere ver a su pueblo como el hueso seco, por eso le hace la pregunta a Ezequiel, “¿Vivirán esos Huesos?”, Dios quería saber donde estaban puestos los ojos de esperanza de Ezequiel y al contestar “Señor Jehová, tú lo sabes.”, estaban puestos en el lugar correcto, es decir en Dios.

Entonces ¿cómo hacer esos Huesos secos como un ejércitos de soldados?, Dios le dio la primera instrucción a Ezequiel: “Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.”, la obra visible de Dios en el mundo no comienza desde que se establece una iglesia, o desde que se crecen muchos discípulos, o desde que se envía un misionero, la obra de Dios en el mundo comienza desde que se transmite la palabra de Dios a los hombres, por eso Dios envía a Ezequiel a profetizar sobre esos huesos, y la instrucción que le dio es que les dijera el mensaje de Dios.

Y aunque parecía algo insignificante, el predicar a los huesos, Ezequiel sigue la palabra de Dios, y Dios hace la obra. Cuando Ezequiel obedece la palabra de Dios, Dios levanta de esos huesos secos al ejército de hombres, y con el espíritu santo, les da la vida verdadera, y los trae de más allá de la muerte a ser el ejército grande de Dios.

Dios me permitió la palabra en mi vida, y esta me da el rumbo claro, el propósito y la esperanza verdadera en mi vida, ¿Por qué, entonces en ocasiones, recuerdo ese espíritu de hueso seco, y caigo en fatalismo?, es porque alejo mi vista y esperanza de Dios. Siempre tengo que tener puesta la vista en Dios, esperar en su promesa y mi esperanza solo en su voluntad. ¿Qué Cómo puedo hacer eso? Tengo que estar siempre cerca de la palabra de Dios, para que esta se reciba fuerte y claro en mi corazón, es decir a través de la palabra, de la oración de la meditación a través del sogam y pan diario. De esta manera no añoro ese espíritu pasivo de hueso seco, y con el espíritu de Ejército puedo desafiar y hacer la obra de Dios.

Dios quiere quien lleve y predique la palabra de Dios, desde ahí comienza la obra, pero Dios escoge al que tiene su vista puesta Solo en Dios. y el que solo esperan en la voluntad de Dios, de esta manera Dios manda que llevemos la palabra, quiero siempre tener puestos mis ojos solo en Dios, dejar de ver a los hombres y sus formalismos, y de esta manera solo comenzar a escuchar claramente el deseo de Dios, y tener de nuevo el gozo ardiente en mi interior de salir a predicar la palabra a los campus universitarios.

Aunque no me gustan los números ni las apuestas, en esta semana tengo el reto de cumplir 3 estudios 1:1, aunque a muchos les parece una meta muy fácil de cumplir y muy pequeña, para mi si es un reto, tengo que desafiar el horario de trabajo y los pocos días de clase en la universidad para poder predicar en los campus universitarios. Oro para no solo desafiar metas número y estadísticas, sino desafiarme a mí mismo y poder hacer claramente la obra de Dios. Desafiar ese espíritu de hueso seco y salir a predicar el evangelio a los campus, creciendo a los discípulos de Cristo.

Oro par que por lo menos comparta tres estudios en los campus universitarios, para que predique por lo menos un día a la semana en el CUAAD. Oro para siempre estar viendo a Dios y escuchar claramente su voluntad en su palabra, Oro para que su palabra siempre llegue fuerte y clara a mi interior. Oro para ser parte de ese gran ejercito que hace la obra de Dios, aun desde los huesos secos.

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